"Al señor de la cuarentena", escribe Martín Ponce de León

Voluntariamente quisiste hacer cuarentena.

No la hiciste por precaución

No la hiciste esperando un hisopado.

La hiciste para prepararte para lo habrías de comenzar.

Te retiraste al desierto.

Al desierto de tu encuentro con Dios.

Al desierto de tu encuentro contigo mismo.

Fue una cuarentena de soledad y silencio.

No llevabas un cuaderno para completar algunos renglones.

No llevabas algún libro para saborear lectura.

No tenías celular para distraer tu soledad.

No tenías casa para ordenar o limpiar.

Fue una cuarentena de vos y Dios y Dios y vos.

Fue una cuarentena de reflexión y oración.

La tuya fue una exigente cuarentena.

Tomaste resoluciones.

Dejaste atrás un estilo de vida.

Comenzaste una realidad plena de novedades.

Asumiste un compromiso nada simple de asumir.

Hoy, también, muchas personas se ven inmersas en una cuarentena.

Algunas personas la asumen con verdadera responsabilidad.

No faltan quienes buscan hacerse trampas al solitario y se permiten licencias irresponsables.

No son de una concreta edad ni de una determinada condición social.

Niños, adolescentes, jóvenes, mayores y ancianos.

En el centro o en los barrios. En un apartamento o en un asentamiento.

En todos lados hay alguien haciendo cuarentena.

Están aquellos que matan el tiempo con diversas actividades y aquellos que no saben cómo matar el tiempo.

Están aquellos que gastan el tiempo delante de alguna pantalla.

Están aquellos que permiten crezcan sus sueños y los que sueñan con crecer.

Tú sabes lo que ese tiempo (la cuarentena) significa de exigencias y oportunidades.

Te quiero pedir por todos y cada uno de los que hoy, por diversas razones, se ven en la necesidad de realizar cuarentena.

Que la puedan vivir como una oportunidad y no como una nefasta situación.

Que la puedan vivir con responsabilidad y honestidad y no como un tiempo de justificarse excusas.

Que la puedan vivir como una oportunidad de un tiempo para con ellos mismos y no como la tortura de estar a solas con ellos.

Que sea un tiempo de oportunidades y no la oportunidad de perder tiempo.

Que sea un tiempo de saberse ejerciendo una responsabilidad y no un tiempo donde no se tenga que asumir ninguna responsabilidad.

Vivimos en un tiempo donde no existe la costumbre de tomarse un tiempo para ellos mismos o que hacerlo resulta una pérdida de tiempo, por ello te quiero pedir por todos los que tienen la necesidad de realizar cuarentena para que sepan aprovechar y disfrutar el tiempo que la misma les ofrece.

Que sea un tiempo donde Tú estás presente y así un tiempo de maduración y compromiso.

Que sea un tiempo donde en ningún momento se sientan solos puesto que siempre Tú con ellos.

Señor de la cuarentena, ayuda a los que deben, hoy, vivir esa realidad que esta pandemia obliga a tantos.

Que no la vean como una obligación sino como la oportunidad de estar con ellos mismos y permitir que el amor crezca en ellos.