"Ricos y pobres", escribe Martín Ponce de León

Cuando los relatos evangélicos hacen referencia a los ricos y los pobres sin duda no están haciende referencia a los que tienen o a los que carecen de bienes.

Es evidente que todo pasa por una realidad mucho más profunda como es el ser o no ser plenamente personas.

Ricos son aquellos que se creen pueden prescindir de los demás y, por lo tanto, encerrados en sí mismos.

Ricos son aquellos que se creen dueños de la verdad y, por ello, poseedores de la última palabra.

Ricos son aquellos que se aferran al deber ser y encuentran allí su seguridad y no hacen nada por salir a la intemperie e intentar comprender a los demás.

Ricos son aquellos que no pueden disfrutar lo que tienen porque están preocupados por tener más.

Ricos son aquellos que viven viendo los errores de los demás pero jamás son capaces de reconocer los suyos.

Ricos son aquellos que piensan que todo lo que son es por mérito o esfuerzo propio y nunca tienen un algo de gratitud para con quienes le ayudaron a ser quien es.

Ricos son aquellos que consideran que está correcto utilizar a los demás a favor de sus intereses particulares.

Ricos son aquellos que entienden que la injusticia está permitida cuando con ello se consigue algún beneficio personal.

Ricos son aquellos que nunca están conformes con lo que poseen y viven la angustia de no tener un algo más o un algo mejor.

Ricos son aquellos que constantemente están haciendo demostraciones opulentas de sus posesiones.

Hay seres que, materialmente, no poseen en abundancia pero viven encerrados en un corazón lleno de insatisfacción, amargura o disgusto.

Son seres que viven en unas insatisfacciones permanentes y, por ello, incapaces de disfrutar lo que tienen y, mucho menos, de agradecer lo que son.

Son seres que viven disgustados con ellos mismos y con la vida. Crece, en ellos, un constante resentimiento.

Según los relatos evangélicos pobre es el que, por sobre todas las cosas, no vive aferrado a lo material y lo que posee es una constante oportunidad para la gratitud.

Pobre es el que vive sin estar atado a las cosas materiales y no duda en valorar y agradecer lo que tiene y es.

Pobre es quien no duda en arriesgar a salir al encuentro de los demás posponiendo la tranquilidad y seguridad de sus muros.

Pobre es quien pone al servicio de los demás lo que es sabiendo que darse es la mejor manera de agradecer lo que ha recibido.

Pobre es quien sabe que lo que es un regalo de Dios y como tal lo vive, valora, cuida y agradece.

Pobre es quien no vive angustiado por tener sino que disfruta lo que tiene.

El pobre vive a pleno la libertad ante las cosas materiales ya que sabe que lo verdaderamente importante son las cosas que hacen a lo esencial y no eso que es transitorio o efímero en la vida.

Hay seres que poseen sobrados motivos para tener un cómodo pasar pero han descubierto lo esencial de la vida y no dudan en vivir con corazón de pobres y son esas las personas ponderadas y alabadas por Jesús.

Unos dicen de tener y los otros dicen de ser.

Unos dicen de obtener y los otros dicen de agradecimiento.

Unos dicen de acaparar y los otros dicen de servir.

Unos dicen de dependencia y los otros de libertad.

Por eso es que manifiesta que para unos será muy difícil llegar al Reino mientras que a los otros los proclama felices.