220.UY | Seguinos en redes

"Felicidad", la nueva reflexión de Martín Ponce de León

Creo que debemos aprender a gustar que dice de realización personal y, por lo tanto, de una manera de relacionamiento con los demás.

Reflexiones Redacción 220.UY Redacción 220.UY

Compartir

Martin Ponce de Leon 234324

Muchas veces se piensa en la felicidad como “ausencia de….”

Esa felicidad suena a utopía o algo que se puede tener en muy pequeñas gotas a lo largo de la vida de cada persona.

Creo que debemos aprender a gustar que dice de realización personal y, por lo tanto, de una manera de relacionamiento con los demás.

Podemos ser muy felices en medio de dificultades, desafíos y contratiempos porque esa felicidad dice y hace a una postura ante la realidad.

Reiteradamente he utilizado la frase de Pablo Coelho: “La felicidad no es una bendición sino una conquista”

Es un algo que se logra con un estilo de vida que busca la coherencia y no teme pasar por situaciones adversas o de oscuridades.

Es algo que se experimenta como resultado de un prolongado proceso donde muchas veces se descubre remando contra corriente.

En ese remar contra corriente muchas veces se escuchan voces cargadas de críticas o de burlas y se experimenta la tentación de modificar el rumbo pero hacer tal cosa se vuelve una traición a uno mismo.

Lograr la felicidad no es el fin de un proceso sino una simple etapa de la realización personal donde uno se juega por lo obtenido y se compromete con no dejarse estar.

Lograr la felicidad comienza con un animarse a salir a la intemperie y darse sin esperar a cambio.

Allí se irá aprendiendo a ponerse, día a día, en un exprimidor donde se tendrán diversas sensaciones.

En oportunidades se sentirá utilizado y creará elementos que le impidan vivir tal cosa.

En oportunidades las dudas se volverán realidades sin respuesta y se deberá continuar andando porque detenerse a buscar respuestas es, siempre, detenerse.

En oportunidades se buscarán resultados y los mismos no se vislumbran pero ello no debe detenernos puesto que lo que importa es darse y el que espera no se brinda desinteresadamente.

Cuando uno se brinda desinteresadamente hasta el más pequeño de los gestos se torna de un gratificante e inmenso valor.

La felicidad es aprender a disfrutar las pequeñas cosas que, generalmente, poseen un inmenso tesoro y hay que saberlo descubrir.

La felicidad no son aplausos externos sino una intransferible vivencia interior.

Lo más visto

220.UY | Más Información

Banner-Estilo-Radio