220.UY | Seguinos en redes

Martín Ponce de León: "No llenemos de vacío nuestra cercanía con los demás"

Hemos sacrificado elementales manifestaciones de nuestras relaciones con los demás...

Reflexiones Redacción 220.UY Redacción 220.UY

Compartir

Ponce de león 3421343

"Vacío".

En menos de una semana fallecieron dos personas vinculadas a nuestra comunidad.

Cada una de ellas vinculadas conforme su realidad particular.

Ambas habían desarrollado, durante muchos años, una tarea docente en el medio.

Ambas tremendamente conocidas y, por ello, muy vinculadas.

A ambas, el día del sepelio, les acompañaba su familia y algunas, pocas, personas más.

Era una clara demostración de los tiempos en las que vivimos.

Las relaciones y sus manifestaciones son claras víctimas de la pandemia que nos envuelve hoy.

Hemos sacrificado elementales manifestaciones de nuestras relaciones con los demás.

Nos dicen que, tal vez, el tapabocas ha venido para quedarse.

Me resisto a pensar que otras realidades también hayan venido para quedarse.

Me resisto a suponer ya no hay más lugar para un mate compartido.

Me niego a resignarme a que ya no volverá la posibilidad de algún cálido abrazo.

No me hago a la idea de que ya no existirá la posibilidad de algún beso.

No quiero imaginar un mañana sin la posibilidad de estrechar una mano.

Son, cada una de ellas, cosas muy simples pero, también, muy necesarias puesto que dicen de nuestra manera de manifestar sentimientos.

Me costaba ver, en el cementerio, esos saludos actuales que muy poco tienen que ver con los acostumbrados.

Parecería como que nuestras relaciones se han enfriado o que tenemos temor de acercarnos al otro.

La realidad nos está diciendo que así debe ser aunque estamos lejos de esa movilidad, escasa, que se desea.

Tal vez debamos ir aprendiendo a modificar nuestra manera de expresarnos puesto que todo lo que dice de cercanía no es visto con buenos ojos.

Quizás sea un tiempo donde Dios nos está pidiendo modifiquemos realidades que no son esenciales pero las teníamos como elementales expresiones.

Llegaron los ataúdes al cementerio y no hubo ningún estrujado abrazo ni ningún beso. No era porque no se sintiese la necesidad de ello sino porque la situación decía que no había que hacerlo.

El abrazo o el beso se quedaron en el interior de cada uno y los familiares, tal vez, quedaron con el deseo insatisfecho de recibirlos.

Es un vacío que va marchitando la cercanía.

Es un algo que no podemos suponer haya venido para quedarse.

Tampoco, me parece, nos podemos acostumbrar a que solamente los familiares despidan, físicamente, a sus seres queridos.

El ser humano es muy creativo y por ello es que, entre todos, debemos aguzar nuestra imaginación para que nuestra cercanía no se pierda o se enfríe.

Si bien aún no hemos aprendido a reducir nuestra movilidad y nos cuesta entender algunos comportamientos no podemos limitarnos a encerrarnos en nosotros mismos.

Ya vivíamos en una sociedad que nos estaba volviendo más y más individualistas no podemos permitir que la realidad nos acostumbre a encerrarnos en nosotros mismos.

Con los cuidados necesarios debemos continuar sintiendo la necesidad de salir a la intemperie para brindar una mano.

Siempre hay alguien que nos necesita y está esperando por nosotros.

Brindar una mano, con alcohol en gel, desde la debida distancia y ocultar una sonrisa con un tapaboca. No podemos olvidar que nuestros ojos también sonríen.

No llenemos de vacío nuestra cercanía con los demás.

Suplamos algunas realidades que no son recomendadas con otras cosas.

Con la sonrisa de nuestra mirada, con la disponibilidad de nuestro escuchar, con la intensidad de nuestra atención, con la fuerza de nuestro escuchar.

No dejemos que la pandemia nos llene de vacío y dejemos marchitar nuestra capacidad de cercanía.

Lo más visto

220.UY | Más Información

Banner-Estilo-Radio