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Columna: La vivienda y los candidatos, por Aníbal Durán

Aníbal Durán es el Director Ejecutivo de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (APPCU)

Columnas 29/08/2024Redacción 220.UYRedacción 220.UY

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Menudo tema al que, en el decurso de las campañas políticas de vieja data, no se le da la importancia que tiene.  Lo constatamos no solamente en el devenir de los diálogos, coloquios, disputas entre los candidatos y afines, sino además en los programas de gobierno que muchas veces adolecen de aspectos esenciales del tema que nos ocupa. El fin de semana pasado nos ocupamos del problema habitacional y la necesidad de encararlo con idoneidad. Entendemos que la VIVIENDA y su encare, debe constituir una POLÍTICA DE ESTADO, así como se reclama para los temas de seguridad o educación, por ejemplo. La vivienda por sus características representa un bien que ocupa un lugar relevante en las preocupaciones de la gente, por cuestiones obvias: constituye un bien primario de defensa contra los rigores climáticos; es un bien de intercambio social; un bien  de uso y desarrollo familiar; un bien que ayuda a la salud y educación de la familia; un bien de inversión durable y transable y finalmente, algo medular: un bien que transforma a su dueño o usuario en protagonista de la economía que lo rige y que le devuelve o ratifica un aspecto que es de esencia: la dignidad. Los hogares traducen sus logros en bienes más fáciles de comprar y después van mejorando los aspectos más difíciles, como es el caso de la vivienda. Una vivienda decorosa incide sobre la calidad de vida de la gente. Implica mucho más que el hecho de la vivienda en sí misma. El hacinamiento, por ejemplo, impide que un niño pueda estudiar, como sería de desear. Una buena vivienda es mucho más que una edificación bien construida con suficientes habitaciones, agua potable y un piso sólido. La construcción de una vivienda comienza cuando un terreno legal ubicado dentro de los límites de la ciudad con acceso a infraestructura troncal (conexión principal para agua, saneamiento, drenaje, transporte público al alcance de la mano), se subdivide en lotes individuales, por ejemplo, cada uno con sus propias conexiones a la infraestructura. Si el terreno original fuera de proporciones, se deberían planificar parques, centros comunitarios, escuelas y centros de salud si es posible, para lo cual se deberían reservar áreas y firmar acuerdos público-privados que garanticen su mantenimiento. La presencia de vivienda precaria hace de la ciudad un conglomerado, que combina una amplia gama de Asentamientos Irregulares que estarían descendiendo, que circundan bolsones de barrios residenciales formales y comercios adyacentes. El problema no es solo cosmético. La necesidad de solucionar estas carencias es tan urgente como esencial. En lo fundamental, la vivienda y el barrio influyen en la calidad de vida de las personas, en la salud y la educación de sus hijos, en su vulnerabilidad al crimen y patologías similares. Una vivienda en un asentamiento o no necesariamente, se puede convertir en caldo de cultivo de enfermedades y angustias, lo vemos cotidianamente. Nos dice el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que en América Latina y el Caribe, millones de hogares y sus habitantes aún residen hacinados en viviendas con pisos de tierra, sin saneamiento y/o recolección de basuras. Los pisos de tierra agravan el problema pues contribuyen a propagar enfermedades parasitarias. La falta de servicios de agua, electricidad y saneamiento dificultan el proceso de obtener agua potable, preparar y almacenar alimentos de manera segura y mantener una buena higiene personal, todo lo cual compromete la salud de quienes habitan en una vivienda en esas condiciones. Los promotores privados que esencialmente se han dedicado a un espectro de gente socialmente más elevado, no escapan al conocimiento de la realidad que narré y están prestos a ayudar para revertir la situación. No solamente en el tema de vivienda promovida, verdadero éxito en su implementación, con una multiplicidad de beneficios que esperamos se perpetúen, sin perjuicio de aumentar la demanda de mano de obra. Los números son expresivos. También nos hemos ocupado del plan ENTRE TODOS que patrocina el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, donde allí el núcleo es gente de menores recursos, deciles 6 y 7 aproximadamente, también vivienda promovida, donde APPCU ha hecho una serie de planteos a las jerarquías para que podamos ocuparnos e invertir en este target. Al momento de escribir estas líneas, estamos expectantes de planteos que hemos realizado. Por supuesto que hay que desregular muchos trámites innecesarios, también el sayo le corresponde a las Intendencias, sobre todo la capitalina, hay que meter mano en la negociación colectiva (no todas las empresas son del mismo porte), hay que trabajar en productividad entre otros bemoles. Todo es un combo…, pero necesitamos ERUDICIÓN en la conducción de tan magna y esencial tarea. Una vivienda digna es el principio de una vida mucho más decorosa.

Aníbal Durán 

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