
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
A su vida llegan constantemente diversas solicitudes y siempre posee tiempo para escuchar cada una de ellas y de intentar responder a las mismas con solicitud y capacidad desinteresada....
Reflexiones20/08/2021Compartir
No logro saber cómo lo hace.
Es un ser completamente normal pero todo su actuar me hace saber que es muy especial.
Supongo alguien me podrá decir que mi visión es totalmente equivocada y, tal vez, tenga algo de razón.
En oportunidades me pregunto si sus días tienen, como para todos, veinticuatro horas y muchas veces creo que tienen muchas horas más.
Su día siempre comienza muy temprano y concluye ya muy entrada la noche.
En muchas actividades la luna es su cómplice. Se encuentran, unas veces, al comenzar la jornada y, en otras, al concluir su actividad.
En todo ese mucho tiempo siempre con una sonrisa a flor de piel puesto que ella es parte de su ser.
A su vida llegan constantemente diversas solicitudes y siempre posee tiempo para escuchar cada una de ellas y de intentar responder a las mismas con solicitud y capacidad desinteresada.
Tal vez alguien, en su casa, le enseñó que la mejor manera de recibir es brindándose a los demás y ha llegado a la certeza de que así es y lo pone en práctica
Puede recibir una sugerencia y, casi inmediatamente, simplificarla y responder con otra que no hace otra cosa que tornarla posible y sencilla de realizar.
Recuerda nombres y situaciones y ello dice de su capacidad y de su cercanía para con los demás.
No logro saber cómo lo hace pero lo suyo no deja de asombrarme y despertar mi admiración.
Siempre tiene tiempo y capacidad para recibir algún planteo y para buscar alguna solución.
No busca, ni pretende, protagonismos pero siempre termina asumiendo un rol protagónico en aquello en lo que se empeña.
No solamente conoce de la situación en la que se involucra sino que, también, posee la capacidad de acompañar las mismas estableciendo un vínculo que se vuelve perdurable en el tiempo.
Le conocí con ocasión de la catequesis de su hijo pero comencé a descubrir su riqueza individual con oportunidad de una situación muy difícil que debió enfrentar.
En esa oportunidad las lágrimas y la sonrisa pugnaban por ganar espacio en su ser pero, con coraje y decisión, hizo que las primeras no pudiesen arrebatarle la sonrisa.
Tal vez, algún día, me animaré a preguntarle cómo lo hace. Me parece saber su respuesta y ello me inhibe a preguntarle tal cosa.
No logro saber cómo lo hace pero me asombra su realismo. Siempre se encuentra con los pies sobre la tierra y no duda en embarrarse los zapatos con tal de brindar una mano.
No logro saber cómo lo hace pero admiro su capacidad en enfrentar cada situación con tiempo sobrado y una sonrisa radiante.
El “Yo voy” o el “Yo puedo” es parte de su lenguaje cotidiano y ello sin ningún tipo de queja o desgano.
Parecería como que siempre se encuentra con mucho tiempo disponible y, en lo que se le solicita, encuentra esa oportunidad que estaba esperando para poder ocuparse en algo y, se sabe, nada más lejos de la realidad que tal cosa.
Le observo y me pregunto qué es lo que me impide tener tanta capacidad de entrega y, tal vez no me propongo intentar responderme.
Le observo y me pregunto qué es lo que me ocupa como para no tener tanta disponibilidad y cercanía con los demás y no logro saber si pretendo llegar a una respuesta.
Le observo y admiro su capacidad de sonreír pero no intento poder emularle.
Sí, no logro saber cómo lo hace pero, sin duda, es uno de esos seres que Dios ha puesto en mi vida para que pueda tener la certeza de que ser mejor persona es posible y que hay seres que con naturalidad lo viven y que debería intentarlo.
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
"La segunda parte de la frase, que siempre fue la que tenía más clara y más asumida, pretendía expresar lo que quería fuese testimonio de un estilo de vida dentro de la familia salesiana.", dice Ponce de León.
Por ello la fe no es otra cosa que una experiencia de encuentro personal con Dios, desde Jesucristo, que transforma nuestra vida. Experimentar tal encuentro debe conducir a una postura personal ante todo lo que hace a lo cotidiano de la vida.
Creo que lo más difícil es ese elemental punto de partida como es el hecho de reconocer que nos equivocamos, que ofendemos.
"Puede parecer un simple detalle producto del tiempo que ha transcurrido entre el hecho y su escritura, pero, también, dice mucho para la mentalidad religiosa de aquel tiempo", dice Ponce de León.
Deseos puesto que el año transcurrido nos ha dejado un cúmulo de experiencias y existen algunas que deseamos prolongarlas y se dan otras que debemos buscar o modificar, dice Ponce de León.
Quizás haya alguien a quien dicho perfume no le agrade por intenso o penetrante, por duradero o invasivo. Yo, debo reconocerlo, me descubro disfrutando de tal aroma, dice Ponce de León.
Eran casi las ocho de la mañana y ellos comenzaban el día tomando y, tal cosa, se prolongaría durante todo el día y todos los días.
"Ya lo han intentado, infructuosamente, casi toda la noche. Una vez más no puede incomodar a nadie y le hacen caso al hombre de la orilla...", dice Ponce de León.
Son manos grandes y ásperas producto de muchos años dedicados a tareas diversas y exigentes.
Siempre tendremos algo para mejorar y, siempre, tendremos algo para convertirnos.
3 de diciembre, en el Estadio Centenario. ¡A 25 años de su último concierto en Montevideo!
Es la primera vez que un artista agrega segunda función en este recinto armado para 50.000 personas. Nueva fecha: 4 de diciembre