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Fin de año: la nueva reflexión de Martín Ponce de León

Deseos puesto que el año transcurrido nos ha dejado un cúmulo de experiencias y existen algunas que deseamos prolongarlas y se dan otras que debemos buscar o modificar, dice Ponce de León.

Reflexiones30/12/2024Redacción 220.UYRedacción 220.UY

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Martin Ponce de Leon 34244332

Poco a poco el calendario va indicando que el 2024 se termina y debemos comenzar un año nuevo. Tal ocasión siempre se presta para la formulación de deseos y propósitos.

Deseos puesto que el año transcurrido nos ha dejado un cúmulo de experiencias y existen algunas que deseamos prolongarlas y se dan otras que debemos buscar o modificar.

También surgen desafíos que deberemos enfrentar con coherencia y decisión. No porque el año que viene vaya a ser muy diverso al que dejamos atrás sino porque hemos, en el año transcurrido, aprendido un algo más de nosotros mismos.

Por más que, lo sabemos, no conocemos, debidamente, todo lo que nos habrá de tocar vivir debemos, de cara al tiempo nuevo que se acerca, realizar una evaluación y algún propósito.

La realidad nos dice que ha sido un año intenso y con una suma importante de situaciones que quisiéramos poder continuar en el que se aproxima. Son realidades que nos han hecho mucho bien y nos han ayudado a disfrutar este tiempo. Por ello el deseo de poder continuar viviendo esas situaciones y, si fuera posible, disfrutarlas muchísimo más.

Situaciones que nos han hecho muy felices y que, tal vez, no hemos sabido corresponder debidamente. La vida nos ofrece, siempre, nuevas oportunidades para que podamos demostrarnos que hemos aprendido y brindarnos debidamente.

Situaciones que nos han permitido conocer personas que nos cuestionan la vida y, así, nos ayudan a brindarnos un algo más. Personas cuya existencia no conocíamos, pero, sin proponérselo, han pasado a formar parte de nuestro ser.

Otra de las realidades que desearía pudiese continuar es la semanal recorrida por algunos comedores o merenderos donde uno encuentra con la solidaridad y la generosidad hechas rostros bien concretos con los que se puede escuchar, dialogar y aprender a más de las lecciones de cercanía que constantemente se reciben.

Son oportunidades donde uno se siente un privilegiado porque recibiendo importantes lecciones de vida y para la vida. Sería muy ingrato, de mi parte, no valorar, apreciar y disfrutar lo vivido a lo largo de este año y, por lo tanto, normal el deseo de poder continuar esa tarea en el año que se avecina.

De cara al futuro uno puede realizar muy bonitos propósitos y los mismos perderse en el transcurrir de los días. Por ello necesario es asumir pequeños propósitos que puedan ser realizados casi cotidianamente, para no olvidar es un propósito.

Intentaré no quedarme con tanto tiempo para mí y, así, brindarme un algo más a los demás, especialmente ahondando una relación personal con algunos “pide pan” de los que abundan en el entorno.

Intentaré, a ellos, prestarle mucha mayor atención y dedicación teniendo presente que Dios los ha puesto en mi camino y he encontrado, de parte de ellos, aceptación y respeto. Debo corresponder, debidamente, a la aceptación que ellos me brindan. No sé, muy bien, si es un propósito o un sueño, pero sin duda debe ser una tarea en la que debo poner mucho más de mí y brindarle mucho más tiempo para escuchar y conocer.

Ha sido un año dedicado a ver, conocer, dar pequeños pasos y descubrir posibilidades. Ojalá que el año que empieza sea un tiempo de poder ser más útil, estar más al servicio y concretar algo más de lo que este tiempo me ha estado mostrando o insinuando.

Por ello es que, al comenzar el año le habré de pedir a Dios me obsequie el poder ser útil. Mucho más útil de lo que, durante este, me he podido sentir en algunos momentos.

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