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Un estilo de vida: la nueva reflexión de Martín Ponce de León

Nuestro intento no pasa por ser una prolongada parodia de un personaje que debemos intentar imitar lo más perfectamente posible.

Reflexiones09/09/2024Redacción 220.UYRedacción 220.UY

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Martin Ponce de Leon 34244332

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Jesús no deja, para su posteridad, la propuesta de una institución diversa a la existente en su pueblo, ni una doctrina cargada de novedades. Jesús era un judío que vivía lo de su tiempo y conforme las realidades de su tiempo.

Jesús deja la propuesta de un estilo de vida y ello está cargado de sencillez, generosidad y cercanía. Jesús, con su estilo de vida, con propone un camino para llegar y vivir plenamente a nuestra condición de personas y, fundamentalmente, llegar a Dios.

Creo que, nadie en su sano juicio, puede afirmar que la propuesta de Jesús es un algo muy complicado de descubrir, aunque, nadie lo niega, no es muy sencillo de vivir.

Lo de Jesús no es otra cosa que una invitación a llevar un estilo de vida conforme el suyo por más que sepamos no somos Él y, por lo tanto, lo nuestro se limitará a ser un prolongado e interminable intento.

Desde el comienzo de nuestro intentar vivir como Jesús vivió asumimos la convicción de que nos resulta casi un imposible lograrlo debidamente, pero igualmente debemos intentarlo.

Nuestro intento no pasa por ser una prolongada parodia de un personaje que debemos intentar imitar lo más perfectamente posible. Nuestro intento pasa por dejar entrar en nuestro corazón los valores que supo vivir Jesús y hacerlos vida desde nuestra realidad particular.

Jesús, para hacer tal propuesta, se hizo hombre, tan hombre como nosotros, y, desde allí nos muestra que tal cosa es posible por más que, para vivirlo, debamos tomar conciencia que no es una tarea sencilla, pero es un algo que nos conduce a la felicidad más plena.

Jesús fue una persona coherente, cercana, con los pies sobre la tierra y con una total disponibilidad a dignificar a quienes le necesitaban. Por ello, es que, pese a su tormentoso final físico, fue una persona inmensamente feliz porque, humanamente, pleno de solidaria y generosa cercanía. Para ello vive en una intensa comunión de fidelidad con la voluntad del Padre Dios.

Para Jesús el encuentro con alguien que le necesitaba no era una oportunidad para brindar una lección sobre Dios, era una oportunidad para actuar y así lo hacía puesto que, para Dios, lo verdaderamente importante, es que lo sepamos cercano y atento a nuestras necesidades. Para hablar de Dios importa, y mucho, que seamos capaces de mostrar nuestra cercanía con los demás.

Poder llegar a tener esa actitud, lo debemos asumir, no es un algo que simplemente nos propongamos, sino que debe ser una actitud que sintamos y asumamos. La cercanía con los demás es una actitud que nace y crece en nuestro corazón y se hace realidad en nuestra manera de encontrarnos con los demás.

El estilo de vida que Jesús nos propone nos hace animarnos a salir a la intemperie e ir al encuentro de las necesidades de los demás con el corazón disponible no a dar soluciones sino a brindar una mano.

Intentar hacer vida el estilo de vida que Jesús propone es todo un prolongado empeño en siempre estar disponible por más que se sepa no resuelvo todos los problemas, sino que hago saber se puede contar con uno para colaborar en lo que sea necesario.

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