Columna: Contexto imprescindible para apuntalar la vivienda, por Aníbal Durán

Por supuesto que los logros que hemos adquirido en el decurso de estos 
años y que comenzaron con el gobierno del Presidente Mujica (Ley de 
Vivienda de Interés Social, antes), no queremos perderlos. Por suerte se 
ha perfeccionado la normativa y hoy entre la Vivienda Promovida y el Plan 
Entre Todos, se abarcan los deciles a los cuales pueden acceder los 
promotores. Nos decía el Presidente electo Yamandú Orsi días pasados, en 
lo que esté bien “no innovar…”. Ningún criterio refundacional. 
Pero hay que trabajar en varios aspectos que coadyuven a dinamizar el 
sector privado. 
Así, el financiamiento hipotecario a largo plazo, accesible, es determinante 
para que el sector se dinamice. Ocurre en el mundo. Aquí se suceden una 
serie de regulaciones que hacen que el préstamo financiero no fluya como 
debería, pese a que se ha incrementado. 
Y junto a este tema, otro aspecto sobre el cual hemos machacado. Hay 
que realizar una activa desregulación basada en la confianza acerca de la 
responsabilidad personal, profesional de quienes invierten y hasta 
ejecutan las obras. Sucede en Chile y pasa en Madrid, entre otros tantos 
países. En Madrid se firma una declaración responsable y bajo este marco, 
las obras que cumplen con ciertos parámetros pueden comenzar de 
inmediato bajo la responsabilidad del propietario y el profesional a cargo, 
quienes, si incumplen, serán sometidos a las sanciones que competan. 
Es redundante hablar sobre la productividad; ahora se está pidiendo bajar 
la semana laboral, pero sin pérdida de salario… Y qué rol jugaría la 
productividad? Nada se dice al respecto. Los mecanismos de retribución 
basados en productividad, deberían ser incentivados y máxime, cuando la 
inflación está dentro del rango meta y el gobierno electo, hará cuestión de 
ello. 

Seguramente haya que adoptar tecnologías constructivas modernas que 
permitan construir más rápido y seguramente, a un menor costo. Y que 
eso no implique sacrificar calidad. 
La vivienda se hace más accesible si se abre la economía para permitir el 
acceso a materiales más competitivos con la consiguiente reducción de 
costos. 
La vivienda promovida ha logrado densificar nuestras ciudades, 
aprovechando la infraestructura existente.  Se reduce la incidencia de la 
tierra, promoviendo una urbanización más eficiente. Seguir por este 
camino, que no excluye otras alternativas, ha sido y deberá seguir 
siéndolo, alentador. 
Tenemos que lograr o sería un intento que fructificaría, que los tiempos en 
las dependencias públicas y que tienen que ver con nuestro metier, se 
minimicen. Y ahí están el gobierno nacional y el gobierno departamental. 
No solamente estamos ante expectativas ciertas de inversiones muy 
importantes, que necesitan de agilidad y certezas, sino además de la 
necesidad de seguir generando mano de obra para un sector y 
refiriéndome a la obra privada, que viene trabajando intensamente y que 
ha creado un número que ya estimamos estructural de dependientes, 
expuesto por el Banco de Previsión Social, que alcanza a los 60 mil obreros 
directos. 
El manido derrame de la industria de la construcción, crea en su contexto 
un clima virtuoso, industrias y profesionales de distinta laya, tienen que 
ver con aquella, sin perjuicio de la generación tributaria que se produce, 
para beneficio de las arcas fiscales. 
Lo escrito refiere a conceptos que pueden lucir elementales, pero que 
debidamente afiatados y creando conciencia de la trascendencia que tiene 
la obra privada en la dinamización de la economía de un país, hará que, al 
margen de cambios gubernamentales, la pasión por invertir y construir no 
cejará, porque estamos bajo el amparo de un país serio y que no 
hipotecará dicho atributo, por atavismos trasnochados que añoran delirios 
fracasados. 
Aníbal Durán