
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
La fe es creer lo indemostrable y darle a lo cotidiano una visión que va mucho más allá de lo puramente sensorial.
Reflexiones12/07/2021Compartir
En el último encuentro de preparación a los bautismos se hablaba sobre la fe.
Quienes animaban el encuentro intentaban entablar un diálogo con los participantes sobre la experiencia de la fe.
Uno de los presentes planteaba la necesidad de encontrar respuestas sobre la fe.
En un determinado momento puso el siguiente ejemplo: “Hace unos días debí venir a apagar un incendio en la parroquia y yo me pregunté dónde estaba Jesús”
Tal vez debería haberse preguntado dónde estaba el cura y no Jesús puesto que Él estaba muy presente.
Estaba en los vecinos que vieron el fuego apenas comenzado puesto que pasaban a hacer un mandado. Si hubiese sido una noche en la que jugase Uruguay nadie andaría por la calle en ese instante.
Estaba en los vecinos que no dudaron en llamar a los bomberos.
Estaba en los bomberos que pudieron responder con presteza.
Estaba en los policías que intervinieron y uno de ellos tenía mi número de teléfono y pudo avisarme con rapidez.
Sí, sin duda que estaba.
Pero su presencia no era que hubiese impedido el incendio. Para eso estaban los cuidados que debían haberse tenido y no se tuvieron.
Pero su presencia no era para apagar el incendio ni bien hubiese comenzado. Jesús no tiene la misión de actuar de bombero cuando uno deja la casa sola y un fuego encendido.
Sin duda que la fe no es la permanente constatación de lo increíble.
La fe siempre posee la necesidad de “un salto al vacío”.
La fe es cree aunque no lo pueda constatar.
La fe es creer lo indemostrable y darle a lo cotidiano una visión que va mucho más allá de lo puramente sensorial.
La fe es una experiencia personal que no podemos demostrar pero tenemos la certeza de ser real.
Por ello la fe está muy lejos de saber o de determinadas prácticas o de proclamar determinadas verdades.
La fe siempre está muy unida a una experiencia vital.
Es tener la certeza de que Dios comparte mi vida en todos y cada uno de sus momentos.
Muchas veces podemos equivocarnos pero Dios jamás se va de nuestro lado.
Somos nosotros quienes pretendemos establecer una distancia para con Dios ya que Él siempre vive junto a nosotros.
Es poder verlo en cada uno de los acontecimientos aunque, en oportunidades, no logremos entender el “para que” de lo que nos sucede.
La fe es una forma de mirar la vida aunque muchas veces no logremos ser plenamente coherentes con lo que Dios espera de nosotros.
Es una experiencia tan deslumbrante que no podemos guardarla únicamente para nosotros sino que sentimos la necesidad de compartirla desde nuestro actuar.
La fe motiva nuestras acciones aunque no necesitemos andar haciendo una proclama previa a lo que habremos de realizar.
Intentamos actuar en consonancia con nuestra fe no para enrostrarla a los demás sino porque ello es, simplemente, lo que debemos realizar.
La fe se alimenta de los sacramentos y de la Palabra pero no se queda en ello sino que se hace hechos concretos en lo cotidiano.
La fe es una experiencia indemostrable puesto que puedo demostrar determinadas realidades pero llega un punto en el que solamente puedo decirme: creo.
Creo y lo disfruto.
Creo y lo experimento.
Creo y lo comparto.
Creo y lo intento vivir.
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
"La segunda parte de la frase, que siempre fue la que tenía más clara y más asumida, pretendía expresar lo que quería fuese testimonio de un estilo de vida dentro de la familia salesiana.", dice Ponce de León.
Por ello la fe no es otra cosa que una experiencia de encuentro personal con Dios, desde Jesucristo, que transforma nuestra vida. Experimentar tal encuentro debe conducir a una postura personal ante todo lo que hace a lo cotidiano de la vida.
Creo que lo más difícil es ese elemental punto de partida como es el hecho de reconocer que nos equivocamos, que ofendemos.
"Puede parecer un simple detalle producto del tiempo que ha transcurrido entre el hecho y su escritura, pero, también, dice mucho para la mentalidad religiosa de aquel tiempo", dice Ponce de León.
Deseos puesto que el año transcurrido nos ha dejado un cúmulo de experiencias y existen algunas que deseamos prolongarlas y se dan otras que debemos buscar o modificar, dice Ponce de León.
Quizás haya alguien a quien dicho perfume no le agrade por intenso o penetrante, por duradero o invasivo. Yo, debo reconocerlo, me descubro disfrutando de tal aroma, dice Ponce de León.
Eran casi las ocho de la mañana y ellos comenzaban el día tomando y, tal cosa, se prolongaría durante todo el día y todos los días.
"Ya lo han intentado, infructuosamente, casi toda la noche. Una vez más no puede incomodar a nadie y le hacen caso al hombre de la orilla...", dice Ponce de León.
Son manos grandes y ásperas producto de muchos años dedicados a tareas diversas y exigentes.
Luces bajo el hielo, clases para todos y una experiencia que deslumbra en Tres Cruces.
La Dirección General de Cultura de la Intendencia de Maldonado ofrece una amplia programación que se desarrollará en las distintas ciudades hasta el domingo 6 de julio inclusive. Todas son de acceso gratuito y dirigidas al público infantil.
La función está prevista para el viernes 18 de julio en Enjoy Punta del Este, con entradas en venta por SUTICKET.