
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
Quizás se ha escondido detrás de algún cúmulo de estrellas pero no atino a encontrar tal lugar. No puedo divisar ningún rastro de su presencia.
Reflexiones13/11/2020Compartir
Sentí la necesidad de hacerlo y fue lo que hice pero una profunda desdicha me invadió.
La tranquilidad de aquella hora era una invitación a encontrarme con la luna y salí al fondo dispuesto a ello. Lo necesitaba.
Con profunda desazón descubrí que la luna no estaba presente.
Se había ido llevándose su hamaca.
Se había ido llevándose su luz tibia y su brillo envolvente.
No se encontraba en el cielo con su risa plena de cascabeles.
¿Qué se hizo? Me pregunto mirando al cielo y buscándola entre las estrellas.
Repentinamente descubro que la noche se hizo muy noche y todo se esconde tras la oscuridad y las sombras.
En el cielo no se escucha su risa blanca ni se ven sus manos grandes aferradas a los tiros del columpio.
Pretendo descubrir el lugar donde se ha logrado esconder pero no puedo hacerlo. Todo está silencioso y vacío.
Quizás se ha escondido detrás de algún cúmulo de estrellas pero no atino a encontrar tal lugar. No puedo divisar ningún rastro de su presencia.
¿Qué es un cielo sin luna? Un inmenso techo gastado por el tiempo que deja ver sus pequeños orificios por donde se asoman las estrellas.
Sin luna todo el cielo resulta una terrible soledad que se mantiene sobre mí.
Todo parece mucho más oscuro y triste.
Todo parece mucho más solitario porque ausente de magia e ilusiones.
Paso largo rato con la ilusión de que volverá a aparecer pero ello no sucede.
Paso prolongado rato mirando hacia arriba esperando el momento en que volveré a encontrar su columpio y podré acercarme a él para disfrutar la paz de esos seres que saben hamacarse en él.
¿Mis ojos se cansan sin poder ver?
¿Mis ojos se nublan ante el no poder encontrar a la luna?
Vaya uno a saber cuál ha de ser la respuesta correcta puesto que una extraña sensación invade mi ser.
Por un lado experimento la triste certeza de que no está y, por otro lado, la remota esperanza de que habrá de volver.
Intento esbozar un canto para matizar mi espera pero ninguna canción llega hasta mi memoria y, mucho menos, hasta mi voz.
Intento formalizar un rezo alentando mi esperanza pero los mismos se hacen preguntas que no tienen ni esperan respuestas.
Poco a poco la oscuridad me va envolviendo más y más y no quisiera me envolviese totalmente por ello es que me retiro para poder escapar de esa noche.
Mientras me encamino a acostarme para dar por finalizada mi jornada una y más veces me pregunto: “¿Qué se hizo de la luna?”
¿La habrán llevado a corregir el largo de sus tirantes?
¿La habrán retirado para ponerle aceite en sus aros?
¿Será, tan solo, una retirada transitoria o no volverá a estar, como hamaca, al servicio de alguien?
También sé que, hoy, no llegará en algún momento de la noche a visitar mi cuarto.
Tal vez era una ilusión demasiado hermosa para ser realidad y debo saber que en mi vida la luna era una remota quimera o un sueño imposible.
Mientras tanto, en esta oscura noche sin luna, pido a Dios que la luna no se quede sin luz ni pierda su ternura puesto que ambas realidades son necesarias para nuestro hoy.
Un mundo sin luna es un mundo triste, frío y oscuro y necesario es un mundo con la noche plena de luz, con la calidez de la cercanía y la alegría de historias sin final.
Ya hay suficientes oscuridades como para que las noches sean colmadas de oscuridades que impiden ver y disfrutar de tantas situaciones que ayudan a sonreír desde el corazón.
Pero hoy…. ¿Qué se hizo de la luna?
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
"La segunda parte de la frase, que siempre fue la que tenía más clara y más asumida, pretendía expresar lo que quería fuese testimonio de un estilo de vida dentro de la familia salesiana.", dice Ponce de León.
Por ello la fe no es otra cosa que una experiencia de encuentro personal con Dios, desde Jesucristo, que transforma nuestra vida. Experimentar tal encuentro debe conducir a una postura personal ante todo lo que hace a lo cotidiano de la vida.
Creo que lo más difícil es ese elemental punto de partida como es el hecho de reconocer que nos equivocamos, que ofendemos.
"Puede parecer un simple detalle producto del tiempo que ha transcurrido entre el hecho y su escritura, pero, también, dice mucho para la mentalidad religiosa de aquel tiempo", dice Ponce de León.
Deseos puesto que el año transcurrido nos ha dejado un cúmulo de experiencias y existen algunas que deseamos prolongarlas y se dan otras que debemos buscar o modificar, dice Ponce de León.
Quizás haya alguien a quien dicho perfume no le agrade por intenso o penetrante, por duradero o invasivo. Yo, debo reconocerlo, me descubro disfrutando de tal aroma, dice Ponce de León.
Eran casi las ocho de la mañana y ellos comenzaban el día tomando y, tal cosa, se prolongaría durante todo el día y todos los días.
"Ya lo han intentado, infructuosamente, casi toda la noche. Una vez más no puede incomodar a nadie y le hacen caso al hombre de la orilla...", dice Ponce de León.
Son manos grandes y ásperas producto de muchos años dedicados a tareas diversas y exigentes.
Luces bajo el hielo, clases para todos y una experiencia que deslumbra en Tres Cruces.
La Dirección General de Cultura de la Intendencia de Maldonado ofrece una amplia programación que se desarrollará en las distintas ciudades hasta el domingo 6 de julio inclusive. Todas son de acceso gratuito y dirigidas al público infantil.
La función está prevista para el viernes 18 de julio en Enjoy Punta del Este, con entradas en venta por SUTICKET.