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"Sus íntimos", escribe Martín Ponce de León

Sería completamente ridículo ponernos a realizar especulaciones sobre las razones que llevaron a Jesús a tener una especial predilección con aquellos tres discípulos....

Reflexiones Redacción 220.UY Redacción 220.UY

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Padre Martín Ponce de León 23421423

¿Habrá sucedido el hecho?

¿Se limitará a ser un género literario?

¿Será una forma de manifestarnos una verdad?

¡Vaya uno a saberlo!

Lo intrigante es la postura de los apóstoles.

Si fuese un género literario, quizás, los evangelistas se hubiesen empeñado en dejar un poco mejor posicionados a los apóstoles.

Una vez más se encuentran sin comprender mucho lo de Jesús.

Presas del asombro “están en otra”.

Pero, sin duda ello resulta una realidad muy colateral como para detenernos mucho.

Lo verdaderamente importante es el que Jesús se manifiesta tal cual es a sus íntimos.

Sería completamente ridículo ponernos a realizar especulaciones sobre las razones que llevaron a Jesús a tener una especial predilección con aquellos tres discípulos.

Sus nombres se van a reiterar, en otras oportunidades, dándonos a entender que ellos eran los predilectos del Maestro.

Hoy en día diríamos que ello responde a una cuestión de “empatía” y allí no hay mucho espacio para las explicaciones o las elucubraciones.

Lo que se presta para profundizar es sobre las claves para poder descubrirnos en una relación de intimidad para con Cristo hoy.

Quizás uno podría remitirse a varios momentos de los relatos evangélicos pero..........

Me limitaré a las bienaventuranzas, aquel pasaje donde dice: “tuve hambre y.........”, y aquella situación donde Él se pregunta “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?”

En todos y cada un de esos pasajes todo gira en torno al “hacer”.

Sin duda que no es hacer lo que se nos antoja, lo que nos conviene o lo que nos resulta más fácil.

Todo pasa por hacer la voluntad del Padre Dios.

Voluntad de Dios a la que tenemos acceso mediante la búsqueda hecha meditación, oración, discernimiento, opción y tarea.

No es una meditación para alejarnos de la realidad y perdernos en las elucubraciones de nuestra mente.

Es una meditación que nos introduce en la búsqueda incesante.

Es la meditación propia de los seres inquietos que no se conforman con las reiteradas repeticiones sino que intentan respuestas nuevas y conforme las solicitudes de Dios.

Es una meditación que se hace oración en cuanto diálogo.

La auténtica oración es aquella que concluye en un compromiso hecho tarea.

Dios no nos maneja como si fuésemos marionetas.

A Dios no lo podemos acomodar conforme nuestros intereses circunstanciales.

Es en el uso maduro de nuestra libertad que optamos por realizar aquello que Él desea sabiendo que ello es lo mejor aunque muchas veces no sea ni lo más cómodo ni lo más fácil.

Por ello es que es un acto de discernimiento.

No siempre nuestras opciones son entre lo bueno y lo malo sino que muchísimas veces debemos elegir entre dos posibilidades posibles.

Una vez que hemos optado solamente nos queda una tarea y es poner lo mejor de nosotros en pos de lo que entendemos es lo que Dios nos está solicitando.

Claro que todo sería mucho más sencillo si pudiésemos tomarnos nuestro tiempo para cada uno de estos pasos pero.........

Sobradamente sabemos que la vida no nos permite ese lujo. La vida no se detiene para esperarnos.

Todo debe realizarse “sobre la marcha” y allí, como los discípulos, muchísimas veces nos podremos descubrir que “estábamos en otra”.

La intimidad con Cristo no es una postura definitiva sino una realidad que debemos ganarnos momento a momento.

Es todo un proceso de búsquedas y respuestas que nos van conduciendo a una actitud existencial frente a Dios.

Es, sin duda, toda una postura de vida la que nos conduce a la intimidad con Él.

Desde nuestras acciones y en las mismas estaremos viviendo y compartiendo a Cristo tal cual es.

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