
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
Sin duda que es un concepto muy propio de la sociedad en la que estamos inmersos. La inmensa mayoría de los habitantes del planeta no pueden brillar.
Reflexiones22/06/2020Compartir
Hace mucho tiempo, en uno de mis primeros artículos, hice alusión a una publicidad.
Los responsables de esa casa comercial se molestaron con un pariente mío que algo tenía que ver con esa firma.
Espero, ahora, no perjudicar a ningún familiar puesto que voy a tomar una frase de un comercial.
Sé que la persona que aparece haciendo dicho comercial dice lo que otros han escrito para ella.
Por lo tanto sé que ella no tiene que ver con dicha frase puesto que lo que hace es prestar su rostro y su voz para tal comercial.
“Brillar es hacer lo que quieras cuando quieras”.
Sin duda que es un concepto muy propio de la sociedad en la que estamos inmersos.
La inmensa mayoría de los habitantes del planeta no pueden brillar.
¿Cuántos son los seres que pueden hacer lo que quieran cuando quieran?
¿Es ese el verdadero brillo de las personas?
Si ello es así el brillar es una cualidad reservada para unos muy pocos.
Tan pocos que, me animo a pensar, me sobran los dedos de una mano para contarlos.
Es casi una utopía pensar que ese brillo es posible.
Es casi una utopía pensar que alguien puede llegar a lograr brillar de tal manera.
Creo que jamás podemos hacer lo que queramos cuando lo deseemos.
Creo que “brillar” es hacer lo que podemos cuando lo debemos y de la mejor manera posible.
Sin duda que no es una frase muy vendedora puesto que no dice de éxito ni de “libertad”.
Es una frase que dice de obligaciones y tal cosa no resulta muy unida al éxito.
Hoy todo va muy unido al éxito como si el mismo no se lograse a base de trabajo, entrega y esfuerzos.
Todo va muy unido a un éxito que se adquiere por tener tal o cual prenda, determinada tarjeta o usar ciertos cosméticos.
Como si el éxito implicase, únicamente, una realidad exterior.
El verdadero éxito pasa por lo interno.
El verdadero éxito pasa por la conciencia.
El verdadero éxito no se adquiere en los comercios de plaza.
Por ello el éxito anda por los senderos de las obligaciones cumplidas.
El éxito no pasa por lo que se tiene sino por lo que se es.
Ser uno mismo, ese es el verdadero éxito.
Ser uno mismo es la única manera de ser brillante.
Ser uno mismo es la auténtica receta que nos garantiza un brillo seguro.
Claro, ello implica, muchas veces, ir a contramano de la mayoría.
Ello implica que uno no se rija por las modas del momento.
Para brillar hay que asumir responsabilidades y comprometerse con ellas.
Brillar es, siempre, involucrarse con los demás y ello está muy lejos de “hacer lo que se quiera”
Brillante no es la persona que se da los gustos sino aquel que busca dignificar a los demás.
Brillante no es quien tiene tiempo para sí sino aquel que sabe poner su tiempo al servicio de los demás.
Brillante no es la persona que puede hacer lo que quiere sino aquella que puede hacer lo que debe.
Es, en ese sentido, que uno descubre que hay mucha gente brillante en nuestro hoy.
Sin duda no es, generalmente, mucha gente que esté muy enceguecida por una publicidad ni que esté muy obsesionada por las indicaciones de la mayoría.
Son, por lo general, seres que se guían por su conciencia frente a las obligaciones asumidas y se empeñan por cumplir con ellas de la mejor manea posible.
Son, por lo general, seres que pueden llegar al fin de cada jornada y poner la cabeza sobre la almohada con la certeza de haber sido útiles.
Seres así son los que, de verdad, saben brillar.
Seres así son los que, desde su interior, brillan con luz propia.
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
"La segunda parte de la frase, que siempre fue la que tenía más clara y más asumida, pretendía expresar lo que quería fuese testimonio de un estilo de vida dentro de la familia salesiana.", dice Ponce de León.
Por ello la fe no es otra cosa que una experiencia de encuentro personal con Dios, desde Jesucristo, que transforma nuestra vida. Experimentar tal encuentro debe conducir a una postura personal ante todo lo que hace a lo cotidiano de la vida.
Creo que lo más difícil es ese elemental punto de partida como es el hecho de reconocer que nos equivocamos, que ofendemos.
"Puede parecer un simple detalle producto del tiempo que ha transcurrido entre el hecho y su escritura, pero, también, dice mucho para la mentalidad religiosa de aquel tiempo", dice Ponce de León.
Deseos puesto que el año transcurrido nos ha dejado un cúmulo de experiencias y existen algunas que deseamos prolongarlas y se dan otras que debemos buscar o modificar, dice Ponce de León.
Quizás haya alguien a quien dicho perfume no le agrade por intenso o penetrante, por duradero o invasivo. Yo, debo reconocerlo, me descubro disfrutando de tal aroma, dice Ponce de León.
Eran casi las ocho de la mañana y ellos comenzaban el día tomando y, tal cosa, se prolongaría durante todo el día y todos los días.
"Ya lo han intentado, infructuosamente, casi toda la noche. Una vez más no puede incomodar a nadie y le hacen caso al hombre de la orilla...", dice Ponce de León.
Son manos grandes y ásperas producto de muchos años dedicados a tareas diversas y exigentes.
Siempre tendremos algo para mejorar y, siempre, tendremos algo para convertirnos.
3 de diciembre, en el Estadio Centenario. ¡A 25 años de su último concierto en Montevideo!
Es la primera vez que un artista agrega segunda función en este recinto armado para 50.000 personas. Nueva fecha: 4 de diciembre