
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
Limitándonos a prácticas piadosas jamás seremos efectivos en una tarea evangelizadora que, de parte de Jesús, se nos reclama.
Reflexiones22/11/2020Compartir
Al leer un texto de los relatos evangélicos algo quedó resonando en mí.
Para algunos, muy devotos cristianos, el texto omite algunas referencias que, según ellos, son de vital importancia.
Omite situaciones como: Estaba en el templo y nunca apareciste Estaba en la Sagrada Escritura y nunca la leíste Viviste situaciones complejas y nunca rezaste
Se detiene a mencionar realidades muy humanas y se limita a ellas y, entonces, ¿dónde queda la evangelización?
Es, entonces, que viene a mi memoria una frase que mucho llamó mi atención: La evangelización comienza con la humanización
Anunciar la Buena Noticia de Jesús comienza con la humanización del otro.
Está en nuestras manos el poder estar atento a las necesidades de los demás e intentar responder a las mismas.
Para ello no solamente debemos estar atentos para saber escuchar sino que debemos animarnos a salir a la intemperie.
Refugiados en nuestras zonas de confort jamás podremos esbozar una tarea evangelizadora.
Limitándonos a prácticas piadosas jamás seremos efectivos en una tarea evangelizadora que, de parte de Jesús, se nos reclama.
Evangelizar comienza por ayudar a que alguien se sienta persona pese a estar inmerso en este hoy donde todo nos lleva a sentirnos uno más y sin poder contar como personas.
Las necesarias acciones cristianas necesitan ser alimentadas y fortalecidas por esas prácticas que nos ayudan a crecer en identidad para con Jesús.
Necesario se nos hace poder ir descubriendo la presencia de Cristo en los demás y desde allí nuestro brindar una mano solidaria.
Brindo una mano porque descubro que en el otro está Jesús pidiéndome y esperando mi respuesta.
Ayudar a otro a que se sepa alguien como persona es ayudar a Jesús que quiere necesitar de cada uno de nosotros para ser más presente en nuestro hoy.
Jesús no nos pide realicemos actividades extraordinarias para poner en práctica nuestro ser seguidores suyos sino que nos pide sepamos descubrirle y responder a lo que nos solicita permanentemente.
Siempre hay alguien que está esperando de nosotros. Siempre está Él esperándonos.
Mal podemos anunciar la Buena Noticia de Jesús si no somos capaces de, con nuestras acciones concretas, testimoniar la cercanía amorosa de Dios que nos conoce, respeta y ayuda a que seamos mejores personas.
Tampoco podemos anunciar la Buena Noticia de Jesús si no logramos estar en sintonía con la voluntad de Dios que requiere de nuestro compromiso activo.
Así como debemos animarnos a salir a la intemperie debemos tener el coraje como para darnos sin esperar a cambio.
No me doy con la finalidad de lograr algo sino, simplemente, porque ello es lo que se debe hacer.
Darnos con alguna intencionalidad es, en cierta medida, desvirtuar nuestra entrega.
Todo lo que podemos recibir del otro como respuesta a nuestra entrega no es otra cosa que un acto de generosidad de su parte.
Si, ante nuestra generosidad, el otro logra sentirse más digno o sentirse alguien, no es un mérito de nuestra parte sino que es algo que el otro logra desde él mismo.
Lo nuestro siempre se limita a ser una ayuda para que él se ayude.
Por ello es que Jesús nos insiste en la necesidad de acciones bien sencillas y concretas puesto que no somos discípulos suyos encerrados en un templo ni cobijados por rituales y cultos. Somos discípulos suyos en la medida que animándonos a poner lo mejor de nosotros al servicio de quien nos necesita para que, entre nosotros, crezca su Reino que no es otra cosa que un mundo pleno de fraternidad porque de humanidad.
Poco a poco fue creciendo una sincera amistad producto de una entrega y solidaridad que se hacía imposible de no reconocer y aceptar., dice Ponce de León.
"La segunda parte de la frase, que siempre fue la que tenía más clara y más asumida, pretendía expresar lo que quería fuese testimonio de un estilo de vida dentro de la familia salesiana.", dice Ponce de León.
Por ello la fe no es otra cosa que una experiencia de encuentro personal con Dios, desde Jesucristo, que transforma nuestra vida. Experimentar tal encuentro debe conducir a una postura personal ante todo lo que hace a lo cotidiano de la vida.
Creo que lo más difícil es ese elemental punto de partida como es el hecho de reconocer que nos equivocamos, que ofendemos.
"Puede parecer un simple detalle producto del tiempo que ha transcurrido entre el hecho y su escritura, pero, también, dice mucho para la mentalidad religiosa de aquel tiempo", dice Ponce de León.
Deseos puesto que el año transcurrido nos ha dejado un cúmulo de experiencias y existen algunas que deseamos prolongarlas y se dan otras que debemos buscar o modificar, dice Ponce de León.
Quizás haya alguien a quien dicho perfume no le agrade por intenso o penetrante, por duradero o invasivo. Yo, debo reconocerlo, me descubro disfrutando de tal aroma, dice Ponce de León.
Eran casi las ocho de la mañana y ellos comenzaban el día tomando y, tal cosa, se prolongaría durante todo el día y todos los días.
"Ya lo han intentado, infructuosamente, casi toda la noche. Una vez más no puede incomodar a nadie y le hacen caso al hombre de la orilla...", dice Ponce de León.
Son manos grandes y ásperas producto de muchos años dedicados a tareas diversas y exigentes.
3 de diciembre, en el Estadio Centenario. ¡A 25 años de su último concierto en Montevideo!
Es la primera vez que un artista agrega segunda función en este recinto armado para 50.000 personas. Nueva fecha: 4 de diciembre