Teniente Coronel Álvaro García: “Somos soldados, que amamos a nuestra Patria, respetamos las instituciones y proferimos los ideales de nuestro máximo héroe y caudillo, el General José Artigas”.

Este miércoles 18 se realizó el acto en conmemoración de los 211 años de la creación del Ejército, encabezada por el intendente de Soriano Guillermo Besozzi. El jefe del Batallón Asencio de Infantería N° 5, Teniente Coronel Álvaro García , fue el orador en la ceremonia celebrada en plaza Artigas en Mercedes, en la que también participaron distintas autoridades departamentales.

 

Álvaro García en la oportunidad valoró la vigencia del ideario artiguista en el mundo contemporáneo: "Somos soldados, que amamos a nuestra Patria, respetamos las instituciones y proferimos los ideales de nuestro máximo héroe y caudillo, el General José Artigas".

García destacó también que  "la función educacional más importante que cumple el Ejército es la de recibir en sus Unidades, Institutos y reparticiones a personas de los extractos más postergados y carenciados, trasmitiéndoles valores, hábitos de trabajo, disciplina, educación y conocimientos en diferentes oficios, para convertirlos en hombres de bien y en servidores de la Patria".

Compartimos sus palabras: 

"Hoy estamos reunidos para celebrar el vigésimo décimo primer aniversario de la Batalla de las Piedras. Pero no estamos festejando solamente este inolvidable e invalorable hecho que aquellos Orientales del Gral. José Gervasio Artigas nos dejaron como herencia; sino que también hoy, debemos de recordar que se cumplen 211 años de  la creación del glorioso Ejército Nacional.

Remontándonos a principios del siglo XIX, más precisamente al año 1808, el Reino de España, debilitado por la ocupación del territorio español a manos del Ejército de Napoleón, comenzó a presenciar síntomas de rebelión en sus posesiones en América, surgidos de los propios habitantes nacidos en sus colonias.

Es así que, en la vecina ciudad de Buenos Aires, se crea la Junta de Mayo y posteriormente se produce la “Revolución de Mayo” de 1810, constituyéndose una lucha declarada por la independencia, y el principio del fin del Virreinato.

Montevideo, ante estos hechos acontecidos en Buenos Aires, pasa a ser nombrada como la nueva Capital del Virreinato del Rio de la Plata.

José Artigas había sido hasta ese momento Capitán de Blandengues en el Ejército Español, pero el 15 de febrero de 1811 abandonó dicho bando y viajó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios a la Junta de Mayo. El caudillo conocía muy bien las necesidades, intereses y anhelos de libertad de los habitantes del pueblo de la Banda Oriental.

 La primera acción revolucionaria fue el “Grito de Asencio”, el 28 de febrero protagonizada por Pedro José Viera y Venancio Benavídez, a orillas del Arrollo Asencio en este departamento, para desconocer la autoridad de Francisco Javier de Elío como Virrey  del Río de la Plata. Siendo este importante episodio considerado como el comienzo de la Revolución Oriental.

En los primeros días de abril de 1811, Artigas desembarcó en la costa de Paysandú y se incorporó a un contingente de orientales revolucionarios que compartían las mismas ideas de independencia. Tras tomar el mando, instaló su Cuartel General en Mercedes, realizando allí la conocida Proclama del 11 de abril de 1811.

Artigas continuó reuniendo partidas sueltas de patriotas entusiasmados con la idea de libertad, que se levantaban por todas partes en la campaña, a fin de poder atacar a los españoles.

Así llega el 18 de mayo, y es en campos de Las Piedras que las tropas Artiguistas se enfrentan a las españolas, obteniendo una importantísima victoria.

Aquí es en donde las palabras pronunciadas por nuestro prócer: ” clemencia para los vencidos, respetar a los prisioneros y curad a los heridos” expresa su hondo sentimiento hacia los seres humanos; conforman con su manera de actuar y con su capacidad para el combate, su inmensa personalidad; modelo del Soldado Oriental.

Era la primera victoria de americanos en armas en contra del imperio español. Eran gauchos, indios, negros, blancos, soldados, civiles, ricos y también pobres, unidos por la misma causa: la independencia del imperio español.

18 de mayo de 1811: El Ejército Oriental ha nacido; se siente en su pecho palpitar la libertad, los hombres, esos patriotas que forman en sus filas, no son muchos, pero les sobra el coraje y el valor para hacer frente al enemigo.

Este hecho, fue el primero de varios triunfos, pero también hubo fracasos que sucedieron a lo largo del proceso de independencia.

Junto a este importante triunfo de las Piedras, nacía el Ejército Nacional, Ejército que acompañó al Prócer a lo largo de su lucha, pasando por victorias y también por numerosas derrotas, hasta el definitivo exilio de Artigas en tierras paraguayas.

Este Ejército continuaría la lucha por la libertad con el desembarco de los 33 orientales en 1825 hasta obtener definitivamente la tan ansiada independencia de la Nación.

Desde aquella heroica jornada del 18 de mayo de 1811, han pasado 211 años y el Ejército Nacional continúa su camino en la fundamental misión de defender la soberanía de la nación, su independencia, su integridad territorial y sus instituciones, brindando en todo momento, seguridad y defensa; habiendo estado siempre presente en todos los acontecimientos importantes de la Nación.

Esta institución, la más antigua del país, integrada por más de 15.000 hombres y mujeres cumple su misión diariamente y en forma ininterrumpida en más de 70 reparticiones a lo largo y ancho del país.

Además de su misión principal, también colabora en el cumplimiento de innumerables tareas de apoyo a las instituciones del Estado y su población, en forma desinteresada y silenciosa.

Por nombrar algunas: apoyo con instalaciones, materiales y mano de obra en forma periódica a distintas instituciones, tanto públicas como privadas, el servicio de guardia perimetral en los Institutos Nacionales de Rehabilitación que se viene realizando desde la década de 1990, en los cuales el Ejército Nacional, debe empeñar más de 500 efectivos en forma permanente, contribuyendo así al mantenimiento del orden interno de nuestra Nación.

Se destaca también la participación con contingentes y Observadores Militares en Misiones Operativas de Paz de la O.N.U., teniendo actualmente desplegado en el exterior más de 1000 integrantes del Ejército.

De esta manera, el Ejército Nacional, en estos últimos 27 años ha enviado a más de 50.000 efectivos, recogiendo unánimes elogios y reconocimientos de los pueblos que han recibido nuestra ayuda, contribuyendo además a seguir manteniendo una excelente imagen y un elevado prestigio internacional de nuestro país y a reforzar la política exterior del Estado.

Quisiera también destacar la colaboración que las Unidades del Ejército Nacional realizan a diario con los diferentes Comités de Emergencia Departamentales.

En lo que respecta a nuestra Unidad en el Departamento de Soriano trabajando permanentemente en un gran equipo, junto a las demás instituciones y fuerzas vivas que lo integran.

Es propicio mencionar también la realización de actividades de apoyo que a diario realiza el Ejército Nacional a personas con capacidades diferentes, como el desarrollo de la equino terapia, en prácticamente todo el país a través de sus 26 centros como el que posee nuestro Batallón “Asencio” de Infantería No. 5, cito en la ciudad de Mercedes. Este Centro de Rehabilitación Ecuestre No.16, creado formalmente en el año 2006, atiende hoy a más de cuarenta alumnos del departamento de Soriano, en forma gratuita.

En materia de educación, el Ejército cumple una labor fundamental para el país por varios motivos. No sólo brinda un apoyo permanente a Primaria y Secundaria, sino que dirige un Liceo Militar de carácter público con un excelente nivel académico y un Liceo Extra edad que funciona en la Escuela de Sub-Oficiales del Ejército, donde nuestros Soldados tienen la posibilidad de cursar hasta 6to año.

Pero la función educacional más importante que cumple el Ejército es la de recibir en sus Unidades, Institutos y reparticiones a personas de los extractos más postergados y carenciados, trasmitiéndoles valores, hábitos de trabajo, disciplina, educación y conocimientos en diferentes oficios, para convertirlos en hombres de bien y en servidores de la Patria. Muchos de estos Soldados son posteriormente requeridos por diversas instituciones públicas y privadas para trabajar con mejores remuneraciones que el Ejército les puede ofrecer.

Estas son solo algunas de las innumerables tareas y funciones que a diario cumplen los humildes soldados del Ejército Nacional.

En este día también recordamos a todos los soldados que ya no están entre nuestras filas, soldados que lucharon y murieron sirviendo subordinadamente y honrosamente a la Patria, ya sea en territorio nacional como en tierras lejanas como la del Paraguay, Mozambique, Congo o Haití.

Soldados que cayeron en defensa de sus ideales y de las instituciones democráticas como lo fueron, aquellos 4 soldados, asesinados cobardemente por la espalda, perdiendo la vida una lluviosa y fría mañana un 18 de mayo de 1972.

Esas cuatro vidas inocentes, que ofrendaron su vida por la patria, fijaran en nosotros, el sentimiento de un enfático rechazo a tales actos, al cumplirse hoy 50 años de su desaparición física, pero vivos continuarán en nuestro pensamiento y en nuestro corazón.

Si el Pabellón patrio flamea bajo este glorioso cielo y esta fecunda tierra, se debe en gran medida a la bravura y coraje de sus hijos, en la incansable búsqueda del bienestar ciudadano y la libertad.

A todos ellos nuestro más sentido recuerdo en nombre del Ejército Nacional, Ejército que con sus defectos y virtudes, propias del ser humano, ha sabido servir a la Patria desde hace 211 años y lo seguirá haciendo, porque somos un Ejército integrado por hombres y mujeres con vocación de servir, porque estamos siempre presentes y dispuestos, sin importar la hora, el lugar, las condiciones meteorológicas o el peligro que exista; porque

somos soldados, que amamos a nuestra Patria, respetamos las instituciones y proferimos los ideales de nuestro máximo héroe y caudillo, el General José Artigas.

Y finalizando este sencillo y humilde homenaje a nuestros compatriotas, quiero pronunciar la célebre frase de nuestro prócer:

“...Entre nosotros no queremos lobos vestidos de piel de oveja, porque así nos hacen la guerra más odiosa, el que sea enemigo; declárese, y sabremos contrarrestar armas con armas y hombres con hombres, ya que el triunfo de la Libertad no se asegura mientras exista entre nosotros esos enemigos ocultos o descubiertos, siempre inflexibles y siempre irreconciliables...”. -