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Columna: Resignación del Estado…??, por Aníbal Durán

Aníbal Durán es el Director Ejecutivo de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (APPCU)

Columnas 14/07/2023Redacción 220.UYRedacción 220.UY

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El País, el pasado 8 de julio intituló en una de sus páginas… ¿Cuánto resignó de
recaudar el Estado por beneficios?
Se llama gasto tributario a la ausencia de recaudación, consecuencia de un tratamiento
impositivo diferente o excepcional del previsto en la estructura normal de un impuesto,
reza dicho matutino.
La implementación de dicho gasto tributario, pretende que se incentive el desarrollo de
actividades económicas en lugares que, sin dicho incentivo, no hubiera sucedido.
Y aquí vamos al punto que nos interesa, que obviamente es nuestro metier: la
promoción privada en vivienda.
Resulta que allá por 2010 en APPCU, por una comisión que supe integrar y que lideraba
el recordado Julio Villamide, nos dimos cuenta que la franja costera y adyacencias
estaba saturada por distintas razones. Era un target que necesitaba cierto “aire”,
porque incluso había unidades que no se vendían ni arrendaban. Es decir, se había
perdido el incentivo de invertir en dicha privilegiada zona.
Son tiempos, circunstancias, momentos que se viven y que van mutando, además.
Entonces comenzamos a pensar en Montevideo alejada de la costa donde
prácticamente pocos promotores habían incursionado por dicha zona. Pero se
necesitaba “una zanahoria”, un acicate que permitiera que se comenzara a incursionar
por el Norte y el Oeste de nuestra capital, pero también por vastas zonas de los
departamentos del país.
Y con una Agencia Nacional de Vivienda muy acoplada a nuestros requerimientos,
presidida por el Ec. Carlos Mendive, con mente abierta y lucidez para otear el
horizonte, se pergeñó el proyecto de ley de vivienda de interés social que votó el
Parlamento en forma unánime. El nombre social refiere a que la vivienda es de estricto
interés social y ese fue el fundamento de aquél. No que se dirigiera a estamentos de
escaso poder adquisitivo. Lo aclaro porque se malinterpretó el título de la ley (hoy ya
modificado por Vivienda Promovida).
Y esa zanahoria que refería básicamente a exención impositiva…. ese gasto tributario
del cual hablaba líneas arriba, fue determinante para que los promotores privados en
forma muy intensa se volcaran por esta nueva experiencia que implicaba ir a barrios
donde nunca habían invertido ni construido. Así Cordón, La Blanqueada, Sur, Palermo,
Centro, La Figurita, Jacinto Vera, Parque Rodó, Goes… y así podríamos continuar en
varios lugares más de nuestra capital y demás departamentos. En éstos,
sustancialmente Maldonado y Canelones han sido los principales protagonistas.
Y qué implicó que los promotores recalen por dichas zonas, alejadas de la costa? Un
sinfín de virtudes y de beneficios para el gobierno. No nos quedemos con lo que se
dejó de recaudar por las exenciones impositivas mencionadas. ÉSTAS existieron…. pero
si eso no hubiera sucedido TODA LA REVOLUCIÓN DE INVERSIÓN y TRABAJO que lleva
ya más de una década en los barrios mencionados y otros, NO SE HABRÍA PRODUCIDO.
Es decir no solamente “se está dejando una ciudad más linda” como nos dijo la ex
intendenta Ana Olivera cuando la invitamos a APPCU en las postrimerías de su
mandato, sino que además se generó empleo que como se sabe no se ciñe
estrictamente al obrero directo de la obra, sino que además siguió recaudando el BPS
con el aporte unificado de la construcción, las barracas vendían insumos con el
consiguiente IVA, los profesionales ligados al sector, facturaban, las empresas
constructoras cuando el promotor no construía directamente, también debían de
facturar y así podríamos seguir en varios ejemplos que sacudían los cimientos de la
economía en la promoción privada que NO CONCURRÍA, reitero, a lugares fuera de la
costa o adyacencias de la misma (lo expreso en términos generales).
Colofón y siendo recurrente: no sé en otras tiendas productivas, pero en lo que atañe a
la nuestra, no es sensato decir que el gobierno dejó de recaudar por las exenciones
mencionadas, porque sin las mismas NADA HUBIERA SUCEDIDO.
Y por supuesto, aún queda mucha tela para cortar en lo que atañe a la ley de vivienda
promovida.
No puedo precisar números porque no los manejo, pero las inversiones millonarias de
los promotores privados en más de una década, tienen un áurea de virtuosismo que no
puede opacarse por “gasto tributario” alguno…

Aníbal Durán

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