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Columna: Otros bemoles de la ley de vivienda promovida, por Aníbal Durán

Aníbal Durán es el Gte. Ejecutivo de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (APPCU)

Columnas Redacción 220.UY Redacción 220.UY

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En un editorial anterior nos referimos fundamentalmente a que la tan mentada pérdida fiscal para el gobierno, no es tal EN LOS HECHOS. Sí, técnicamente. Pero lo relevante es la realidad. Vayamos a otros aspectos positivos. Ya hemos narrado la anécdota de la ex Intendenta de Montevideo, hoy senadora Ana Olivera. Invitada a nuestra sede social para despedirla (no solamente los buenos modales son con el ingreso a la función...), nos transmitió casi textualmente que le habíamos dejado una ciudad mucho más linda desde todo punto de vista. No podemos precisar exactamente de los 56 mil obreros directos que hay hoy en día registrados en BPS, cuantos son inherentes a la ley de vivienda promovida, pero versados promotores que están en el yugo diario (que es el que importa), estiman en unos 25 mil obreros que pertenecen a este tipo de vivienda. Recordemos que ya no hay más UPM. Cuánto es en jornales de trabajo que también se han incrementado sustancialmente, no lo puedo saber con precisión y estoy veterano para talentear, pero sin duda es una cifra muy significativa. Eso le ha permitido al BPS recaudar más por el aporte unificado de la construcción, que como sabemos lo vierte el promotor privado. Fíjense que de 100 pesos que gana un obrero casi un 75% hay que verter al citado ente. Existe además otro aspecto en el cual hemos insistido y muchas veces se lo minimiza. Termina un edificio de vivienda promovida (o del régimen que sea), y el mismo sigue demandando trabajo, lo hemos mencionado n veces. Desde un eventual portero (aunque ahora está casi todo robotizado), pasando por un administrador de las expensas, un electricista, limpiador o limpiadora, sanitario, paisajista, service de ascensores, bombistas y podríamos continuar con más ítems que generan trabajo a mucha gente. Sin perjuicio de decenas de contribuciones inmobiliarias para la Intendencia departamental que corresponda, impuesto de puerta, el impuesto de Primaria...; en fin, menospreciar esta ley es menoscabar el sentido común y el privilegio de generar trabajo en forma incesante. 

Harina de otro costal es quien compra. Como ya hemos dichos, la ley de la cual somos mentores fue pensada para deciles 7 y 8, ergo clase media y no para estratos sociales bajos. Así se lo manifestamos al Presidente Mujica en el año 2010 y el citado mandatario lo recibió con beneplácito.  Hoy compran inversores, de ninguna manera ese porcentaje al cual se afilia INFOCASAS, de un 80% y el resto usuarios finales. Los promotores lo rebaten categóricamente y nadie tiene más autoridad moral que los mismos, porque en definitiva son los que invierten y construyen la vivienda promovida. El otro día me decía un connotado promotor privado que está haciendo un emprendimiento de gran porte, que precisamente los números son todo lo contrario de lo que indica el mencionado portal. Le ha vendido a más de un 80% a usuarios finales y el resto a inversores. Pero también es una manifestación generalizada de muchos promotores. No podemos repetir números sin ir a la fuente. Tampoco estoy afirmando que es un axioma lo que manifiesto; sí refuto las cifras anteriores, respaldado por la gente que está en el metier. Otro aspecto relevante de la ley y que un editorial de EL PAIS de días pasados se encargó de enfatizar. Al haber mucha oferta de vivienda promovida y al aumentar la oferta de propuesta de alquiler, el precio del mismo ha bajado. En la zona del Cordón donde está instalada nuestra sede social, rodeados estamos de gente joven en distintos edificios que, o ha comprado una unidad para vivienda o ha alquilado para los mismos efectos y como nos dicen, a precios bien convenientes. Fíjense que alquilan más barato que en Pocitos, por ejemplo, y están a 10 minutos del citado barrio. No pude ver la polémica entre la legisladora Lucía Etcheverry el subsecretario del Ministerio de Vivienda, Dr Tabaré Hackenbruch, no me encontraba en el país. Sé que hubo argumentos de ambos lados y me consta la versación de la legisladora frentista en el tema.  El jerarca ha sido un gran impulsor de esta ley. Colofón: está también la vivienda promovida que promueve, valga la redundancia, el Ministerio de Vivienda, ¨ENTRE TODOS¨, para gente de menores deciles y que APPCU pretende interiorizarse debidamente para poder incursionar en la misma, ya con números menores y para gente con ingresos de deciles más bajos. Se ha trabajado en el interior, esencialmente, pero no desdeñamos Montevideo. Dejemos esta ley como contribución al crecimiento de la industria de la construcción, beneficiándose consecuentemente, el país, al cual le es imperioso mejor su guarismo en este aspecto. Aníbal Durán 

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